31/12/10

Vivo en directo

Este año que comenzará dentro de unas horas viene, además de todos esos lugares comunes (esperanzas renovadas, deseos de prosperidad y salud, y un laaaaaaaaaarguísimo etcétera), con el sonido suave, intimista y evocador de Vivo en directo, la séptima producción en solista de Andrés Cepeda, sin duda uno de los artistas pop más completos y polifacéticos que actualmente hay en Colombia.
En esta ocasión Cepeda nos ofrece con Vivo en directo, la entrada a un espacio íntimo, cálido y cercano, que nos hace imaginar mientras lo escuchamos, que lo tenemos en la sala de nuestra casa, o bien, que estamos en un salón-bar, con iluminación a media luz, a la víspera de una noche romántica. Y es que en esta nueva producción (que inlcuye Cd y Dvd), encontramos a un Andrés Cepeda inmerso en una atmósfera de jazz, en la que su voz deja de ser protagonista para convertirse en un instrumento más dentro de un excelente ensamble conformado por Horacio "el negro" Hernández (batería), José Armando Gola (bajo), Alexander "el Majá" Alonso (piano), Dahyan Díaz (trompeta); así como por Ana María Salive y José Darío Martínez (coros). Además, y ésta es una de sus mayores cualidades, el disco está grabado "a la antigua"; es decir, sin intervención de mezclas y ediciones, está grabado completamente en vivo, lo que le da un sabor diferente, mismo que puede ser constatado en las imágenes del día de sesión que les llevó realizarlo, mostrando que sólo con talento, puede conseguirse una gran calidad musical sin necesidad de tanta tecnología.
Los temas que se incluyen en esta producción, son: Ciertas Cosas (en una nueva versión), Tu ausencia, El eco de tu voz, Fui el que más que quiso, Qué maravilla ser, Te quiero decir, Dulce milagro, El amor me arrasa, y Más bonita que tú, más el bonus track El rumbo de tus pasos.

La sensación que deja este disco, es que más que un disco a sumarse en su discografía, se trata de un proyecto con un toque profundamente personal, de un divertimento, un arriesgado gusto que Andrés quiso darse, y del que salió muy bien librado, mostrándonos una vez más no sólo su talento y su capacidad para abordar diversos géneros musicales, sino a un Andrés Cepeda en constante evolución y artísticamente más maduro. Definitivamente éste es hasta ahora uno de los mejores discos de Andrés Cepeda. Ideal para cerrar el año viejo.

21/12/10

Música libre

Dentro de las muy particulares (y tal vez hasta discutibles) preferencias musicales que nos identifican, este vagabundo no se declara adepto a los discos "tributo", ya que es de la opinión de que de que en la mayoría de las ocasiones, dichas producciones, no son más que dos cosas:
  1. Producciones destinadas única y exclusivamente a vender, sin importar realmente la calidad del "homenaje"; y
  2. Producciones hechas por artistas mediocres, quienes tratan de colgarse del renombre y fama de otros artistas consagrados, a ver si así logran llamar un poco la atención (léanse Cristian Castro y Nicho Hinojosa, por mencionar algunos).

Sin embargo, a finales de septiembre, llegó a nuestros oídos una noticia que nos causó gran expectación: el grupo chileno
Los bunkers presentarían, a finales de noviembre, Música libre, un disco homenaje a uno de los tres santos patronos de este nómada hogar: San Silvio Trovador.

Movidos, tanto por la calidad musical de esta banda (de la que si bien no somos un grandes seguidores, nos gusta mucho), como por un poco de morbo, nos hicimos del material en cuanto lo descubrimos en el mercado. La sorpresa fue doblemente grata; por una parte, el reencuentro con una serie de canciones que entre tantas que tiene el gran Silvio Rodríguez hacía un buen tiempo no escuchábamos, como por la forma en la que le dan vuelta y, sin perder la esencia de cada una de ellas, les dan una nueva vida en reinterpretaciones que echan mano de diversos géneros que se fusionan y coexisten armónicamente entre sí.

Este álbum (el sexto oficial de la carrera de Los bunkers), es el primero grabado en México, e inició sus grabación el 1 de abril de 2010, contando con producción de Emmanuel "Meme" del Real (
Café Tacuvba) y con una participación especial del cantautor chileno Manuel García (Al final de este viaje en la vida y La era está pariendo un corazón). Contiene doce temas, y aquí hay algo no sólo rescatable sino muy importante: no se trata de los típicos temas de Silvio que repiten sistemáticamente todos esos "silviófilos" de café, que se dicen admiradores y profundos expertos del trovador; pero no se saben más allá de cinco o seis temas. Este álbum contiene en su mayoría, piezas que nadie o muy pocos repiten, como es el caso de Leyenda, Ángel para un final y Que ya viví, que ya te vas.

Seguramente, al escucharlo, muchos puristas se pondrán de cabeza y acusarán a
Los bunkers de "ultrajar" las canciones de Silvio; pero desde nuestra perspectiva, se trata de todo lo contrario: en la fusión de sonidos, consiguen una verdadera y excelente placa "homenaje"; una producción poderosa y que le mueve a uno las entrañas cuando se van reconociendo las piezas y que, por otro lado, acerca al público joven a la obra de un artista magistral que por cuestiones de generacionales y de la moda, aún no han tenido la oportunidad de descubrir,; pero ahora con sonidos que a veces nos recuerdan el estilo de Revolver (los Beatles, 1966), las bandas sonoras de las películas de Tarantino, e incluso ritmos como el funk y otros más de corte folclórico; pero sin perder nunca esa identidad, esa fuerza y originalidad que ha distinguido a Los bunkers desde sus inicios. Ahora bien, para aquellos críticos furibundos, los miembros de la banda, según tenemos entendido, y precisamente buscando el mejor producto, los integrantes de la banda hicieron llegar al propio Silvio Rodríguez la s pre-mezclas, pidiendo no sólo sus comentarios sino también su aprobación, recibiendo por respuesta un correo electrónico en el aprendiz de brujo decía "le había encantado"*.

Pero más que hablar bien del disco, lo mejor es escucharlo y dejarse llevar por combinaciones y fusiones tan insólitas como que sólo al descubrirlas se creen posibles. Sin duda y a nuestro parecer, uno de los mejores trabajos "tributo" que se han realizado en mucho tiempo, y una producción que vale la pena escuchar.




* http://lasegunda.com/ediciononline/espectaculos/detalle/index.asp?idnoticia=605432

13/12/10

Carta a El Profe

Creo que una de las imágenes más claras que tengo de usted, Profe, fue precisamente la de la tarde en que lo conocí, en septiembre de 2003. Usted tenía en su regazo a Antara cuando yo crucé la puerta de su casa, y ella al verme saltó y corrió hacia mí para abrazarse a mis piernas. Su gesto duro y penetrante, me dejó helado; pero su reacción no era para menos: ese extranjero flaco, medio hippyoso y desgarbado aparecía de la nada y en un segundo y sin pedir permiso le robaba no sólo a su hija consentida, sino a la luz de sus ojos, a Antara, su nieta, su sol... tuve que echar mano de todos mis "encantos", para que siquiera me dirigiera la palabra, lo cual no fue sino hasta el día siguiente y gracias a una película de su adorado Pedrito Infante. Quién iba a decir que después de esos momentos que me parecieron eternos, podríamos establecer una relación tan buena y de un gran afecto y respeto mutuos. Acaso nunca fuimos (ambos) los más expresivos; pero tengo la seguridad absoluta, no sólo del cariño que le tengo, sino también del que usted me tiene a mí y que le agradezco infinitamente.

También me dio la oportunidad de cocinarle ese lomo a la mostaza que fue el más angustiante de mi vida, porque mientras yo me esforzaba porque el guiso quedara a la perfección, cada vez que usted se asomaba a la cocina decía "¡Esto huele a ubre!" y yo no sabía si eso era bueno o malo, aunque de cualquier modo no era lo que estaba preparando. Sin embargo, lo recuerdo bien, hasta repitió la porción. ¿Y qué me dice de su primera vista a México, a semanas de nacer Silvio? Si hay algo de esa visita, digno de recordarse, fue su emoción y su cara de niño con juguete nuevo, cuando pescamos a Don Ignacio López Tarso a la vuelta de la casa de mi viejo y hablaron y se tomó una foto con usted, que estaba esponjado como pavorreal por haberlo conocido. Ahí sí nos quedó el pendiente de visitar la tumba de Pedro Infante; pero tenga por seguro que ahora que venga la viejita Sandra por acá, vamos a ir todos juntos para conocerla como usted quería.

Pero no es tanto a esto a lo que vienen estas líneas como para tratar de decir todo aquello que a veces no se dice; pero que ahí está y estuvo presente entre nosotros (y estoy seguro que ambos lo sabíamos), y es el cariño que le tengo (así, en un eterno presente) y el agradecimiento por permitirme conocerlo y especialmente, por su confianza al permitirme, aún sin conocerme del todo, robarme a su hija y a su nieta, y regalarle a su cuarto nieto, que aún en la distancia lo quiere y lo extraña tanto como los que tuvimos más tiempo para disfrutarlo físicamente.

Tany me cuenta que allá en la Universidad sus compañeros le pusieron un mote que creo lo define a la perfección: el "Turco terco"; pero gracias a esa terquedad logró construir una familia solida e hizo de su vida lo que quiso y disfrutó siempre cada cosa, incluso lo del cigarro... ¿se acuerda de cómo nos buscábamos cualquier rinconcito y el menor pretexto para fumarnos uno(s) en donde no se podía fumar? Yo sí y créame que lo más disfrutable de esos momentos era precisamente nuestras pláticas, así como si estuviéramos en su apartamento tomando la brisita de la tarde en ese calor de Barranquilla con el que yo definitivamente nunca pude y usted adoraba.

Váyase tranquilo Gisleno, y con la satisfacción del deber cumplido: cuatro hijos fuertes y maravillosos y otros tantos nietos que son una extensión de usted; además de los que nos unimos a la familia como "agregados culturales" (Dany, Laurita y este vagabundo), y tantos amigos buenos y sinceros que logró sembrar en su paso por estas tierras y que ahora estamos más unidos en torno a usted, Profe, a lo que es y será siempre en nuestro corazones... Y sobre todo, la sweter, la vieja Sandra, esa mujer encantadora que lo ama y me lo consintió hasta el último momento y que no se queda sola pues nos tiene a todos nosotros. Héctor Abad Faciolince dice algo así como que permanecemos vivos en tanto haya quien nos recuerde, y coincido con él; es más, le puedo augurar varias generaciones más.

Circunspecto, enorme, alegre aunque irascible a veces, terco, metódico, firme, fuerte en sus convicciones, bailador; pero sobre todo apasionado por su familia y por su labor docente, me dio la gran oportunidad de compartir con usted buenas sesiones de charla, en las que arreglábamos el mundo e íbamos de Ignacio López Tarso a Jorge Eliécer Gaitán; del Che y Fidel a sus anécdotas de juventud en Galapa, y en fin, a hablar un poco de todo y de nada. Así es como quiero y decido recordarlo ahora que se fue para habitar en otros lugares en los que, paradójicamente, estoy seguro estará más cerca de todos nosotros.

No quiero ser impertinente ni repetitivo, las palabras nunca son fáciles cuando el corazón se entromete, se trata sólo de sacar cuando menos un poco de lo que estoy sintiendo; pero sepa que este vagabundo no lo llora sino que lo celebra en todo lo que es y será para mí, y abusando de la confianza, ahí le encargo que busque a mi viejita para que ambos nos cuiden y nos acompañen allá desde donde estén.

Un abrazo fuerte y eterno

Le quiere Raúl.