19/10/09

Ciudadanía nacional, ciudadanía cosmopolita y mediación

Variando el rumbo normal de los pasos, una pequeña reflexión sobre uno de los nuevos oficios de este vagabundo.


Refiriéndose al mundo de la literatura contemporánea, el escritor Héctor Abad Faciolince plantea la existencia de dos formas de globalización:

...un casi buena y una casi mala. A la mala voy a llamarla Globalización Mac Donalds, que es una invasión pernicionsa del mal gusto culinario: la bobalización del fast food. A la buena le diré Globalización Google, que es el primer atisbo de lo que será la realización del sueño borgesiano de la Biblioteca de Babel, una biblioteca que, si no es infinita, por lo menos sí es interminable...(1)

Podemos decir que la globalización es un fenómeno que intenta redefinir la realidad como una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socio-económicas o culturales. Surge como consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos políticos-culturales.(2). Hasta aquí, la idea de globalización resulta a primera vista una nueva forma de vida para la comunidad internacional, al abolirse las fronteras de cualquier especie en pro de un nuevo estadio mundial en el que no existen diferencias ni distingos de ninguna clase, como punto de partida hacia una coexistencia armónica y pacífica entre las naciones.

Sin embargo, la realidad dista mucho de este planteamiento; pues al estar dirigido este proceso por las grandes potencias del planeta (especialmente los E.U.), el enfoque que se ha dado se limita exclusivamente al área comercial, como un mecanismo de penetración hacia los países con economías no tan fuertes ni estables.

Los efectos de la globalización no se hacen esperar. La dimensión del mundo se reduce cada vez más y las naciones pobres pierden paulatinamente su independencia como resultado del contexto externo, desenvolviéndose en un juego de relaciones poco equitativas, que en lugar de mitigarse tienden a intensificarse cada vez más.

En vez de moderar el fenómeno de la falta de equidad, la globalización lo ha intensificado. A decir de Joost Smiers:

La globalización económica ha abierto la puerta a las fusiones corporativas, a nuevas empresas que operan a escala global. La consecuencia de ese proceso comercial motivó un cambio en lo que se produce y distribuye, en las condiciones en que se realiza la producción y distribución, y en las consecuencias económicas y culturales de esas actividades...(3)

Atendiendo a lo anterior, y ya situándonos propiamente dentro del marco de la mediación, coincidimos con la dicotomía planteada por Abad Faciolince, visualizándola de la siguiente manera:

  • La primera globalización, que responde a formas de dominio de las potencias económicas, en las que se trata de reducir a los individuos a meros sujetos de consumo, estandarizando costumbres, ideas y formas de vida, y planteando la censura y la represión en contra de todo lo que es "diferente"; es decir, lo que atenta a los intereses particulares de los grandes capitales, a través de concepciones maniqueas, en las que se trata de imponer qué es lo bueno y qué es lo malo mediante esquemas piramidales, y en la que la idea rectora es la TOLERANCIA, y que genera como defensa social una exacerbación mal entendida de la ciudadanía nacional;
  • La segunda forma de globalización; que aporta una visión que va mucho más allá de la planteada por Kant en el tercer artículo definitivo de La paz perpetua(4), pues es de carácter vinculante y tiende a la horizontalidad de todas las relaciones sociales, sin distingo alguno, mediante la idea del RESPETO(5); es decir, tiende a la constitución de una verdadera ciudadanía cosmopolita sin discriminaciones de ninguna clase.
La globalización en términos de ciudadanía también reviste un doble aspecto; el primero alude al estatus jurídico derivado del origen geográfico del individuo; en tanto que el segundo, apunta hacia lo establecido en el artículo 2 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos(6); es decir, aporta un elemento de universalidad al individuo, que lo hace recipendiario de todos los derechos y obligaciones de un lugar determinado sin importar su origen, raza o condición social.

Esta segunda forma de ciudadanía ha cobrado una gran relevancia en las últimas décadas, ya que el fenómeno migratorio se ha extendido a lo largo y ancho del globo, dando lugar a sociedades pluriculturales, y a la necesidad de reforzar esta idea de ciudadanía cosmopolita, ya que las diferentes costumbres, tradiciones e ideas se ven a menudo enfrentadas cotidianamente, siendo el disparadero de múltiples conflictos derivados del no reconocimiento del otro, del rechazo a lo "diferente", y a la defensa exacerbada de nacionalismos malentendidos que no son otra cosa que el resultado de esas prácticas de dominación en la que grupos oligárquicos deciden qué es bueno y qué es malo(7), acrecentando la tensión social.

Visto desde esta perspectiva, la arena dramática de la mediación se amplíay adquiere una connotación de carácter eminentemente transformativa, ya que debe de encontrar su campo de trabajo en la primera forma globalizadora (la McDonalds), que es donde se dan la mayor parte de los conflictos, dada la tendencia generalizada a privilegiar la tolerancia; generando relaciones verticales en las que cada uno de los contendientes siente o intenta estar por encima del otro; y se plantea como misión transformar esa concepción hacia la segunda forma globalizadora (la Gooogle), en la que las relaciones se dan en un plano de horizontalidad y lo que se está privilegiando es el respeto; esto es, que las relaciones se dan en un plano de reconocimiento del otro, tomando en serio las necesidades del otro, resultando como consecuencia que dichas relaciones sean incluyentes y se desarrollen de forma armónica y pacífica.

De acuerdo con Richard Sennett, ...en las sociedades complejas la escena está poblada de una gran variedad de tipos sociales cuyas vidas no comprendemos de forma inmediata.(8)Esta afirmación puede ayudar a clarificar nuestro punto. Si para entender esta variedad de tipos sociales partimos de la globalización McDonalds para establecer las relaciones sociales, necesariamente nos inclinaremos hacia una conducta vertical, en la que nos situaremos en un plano de superioridad frente al otro y a partir de ahí, intentaremos conceder a éste (cual si fuera una gracia real), la oportunidad de existir tal y como es... hasta donde nosotros consideremos conveniente. Como podemos apreciar, dentro de este marco encaja principalmente el concepto o la esencia gregaria de la ciudadanía nacional.

Por otra parte, si nuestra dinámica parte de una globalización Google, todos los integrantes del conglomerado social se encontrarán en igualdad de condiciones , nadie estará por encima del otro, y las diferencias serán reconocidas y respetadas, aún y cuando nos e compartan, porque en este caso el interés es común y armónico, y por tanto las diferentes esferas individuales no se ven afectadas o vulneradas, ya que al haber respeto, existen mayores puentes de comunicación que permiten, de forma armoniosa y pacífica, dirimir las controversias. Esto es, estaremos frente a una ciudadanía cosmopolita.

Así las cosas, encontramos que en los extremos, la ciudadanía nacional puede ser un paradigma gregario, tolerante, vertical y de compromiso, en tanto que la ciudadanía cosmopolita puede ser incluyente, respetuosa, vinculante y de colaboración. Sin embargo, nos atrevemos a afirmar que un concepto no excluye al otro, sino todo lo contrario, ambos conceptos convergen en un punto medio y constituyen diferentes estadios de la evolución social y por tanto se complementan, siendo la mediación un catalizador de ese proceso evolutivo.

La relación entre estos dos conceptos de ciudadanía, actualmente se plantea como una suerte de simbiosis, ya que para poder contar con una ciudadanía cosmopolita fuerte y que se sustente a sí misma, requiere necesariamente de la conciencia plena de la ciudadanía nacional, ya que solamente en el reconocimiento propio (del origen, de lo que se es en educación, tradiciones y costumbres), es posible reconocer a los demás en sus diferencias.

Finalmente, podemos afirmar que la mediación juega un papel importante en esa simbiosis, ya que ésta es una herramienta para equilibrar las relaciones sociales a través del reconocimiento y la legitimación de las diferencias, dentro de un marco de respeto que contribuya a la creación de un estadio social de respeto y pacífica armonía.

Notas
(1) ABAD FACIOLINCE, HÉCTOR.- La literatura como peste en Las formas de la pereza.- Aguilar.- Colombia, 2007.- pág. 84
(2) Microsoft Encarta 2006.- Microsoft Coprporation
(3) SMIERS JOOST.- Un mundo son copyright. Artes y medios en la globalización.- Editorial GEDISA.- España, 2006.- pág. 14
(4) Citado en IL3, Módulo 1, Tema 1, Sección 1 del Bloque Común.- http://campusil3.ub.edu/ubv_download/master0607/course-packages/emp_c006_mexic-es.html
(5) De acuerdo con lo que plantea el filósofo nigeriano Emmanuell Chuwudi Eze en su obra The color of the reason: The idea of 'race' in Kant's antrophology, Kant en múltiples libros, textos y manuscritos sobre antropología y geografía física, establece una concepción racista que postula la supremacía moral de la raza europea (citado por Laura García en La raza y la razón, publicado en www.blogarcolibris.wordpress.com)
(6) Citado en IL·, Op. Cit.
(7) Un ejemplo claro de ello es la "Lista negra"establecida por el gobierno norteamericano conocida como el "Eje del mal", en el que todo aquel país o nación que no comparta sus intereses económicos y políticos, es considerado de forma genérica como "el enemigo", creando estereotipos e ideas preconcebidas en el que ser de origen árabe, por ejemplo, es sinónimo de terrorista.

(8) SENNETT RICHARD.- El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad.- Anagrama.- Barcelona, 2003.- pág. 62